martes, 23 de diciembre de 2008

Consejo a la Juventud


Por: Dr. José Dunker

Se podría ubicar la juventud entre los 18 a 35 años. Los menores de 18 son realmente “jovencitos”. Por encima de 35 tenemos que hablar de la media vida.



Los jóvenes tienen la responsabilidad de gobernar sus vidas. Son mayores de edad. En esta etapa se toman las decisiones más importantes de la vida: un oficio, matrimonio, tener hijos, y decisiones que tienen que ver con la vida espiritual.

La trampa es que se trata de un momento cuando se carece de experiencia suficiente. De modo que, nos toca decidir, pero carecemos de la experiencia para decidir bien.



La Biblia toma muy en cuenta a la juventud, y he seleccionado algunos consejos que nos podrían ayudar a cruzar exitosamente esta “frontera”.

El primer consejo es del salmista David: “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra... En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti” [Salmos 119: 9-11].

El segundo consejo viene del sabio Salomón: “Acuérdate de tu creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento... [Eclesiastés 12:1].
En éstos “días de tu juventud”. El reto es construir un estilo de vida basado en la palabra de Dios.

El tercero consejo viene del apóstol Juan: “Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros y habéis vencido al maligno. No améis el mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 1ra. Juan 2:12
La idea es: como Dios no se puede ver, la mejor manera de servirle es identificándonos con el que sufre y el necesitado. De modo que, acordarse de Dios es devoción espiritual, pero también acciones solidarias en lo social.

El cuarto consejo viene del apóstol Pablo: “Huye de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor” [II Timoteo 2.22]. Después de dar muchos consejos a los mayores, Pablo aterriza en los jóvenes con un solo consejo: ¡prudencia! En una edad de tanta energía disponible, el problema puede ser el autocontrol.

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